lunes, 22 de abril de 2013

Parcial 1 parte escrita


Pensamiento sistémico es una materia muy extraña. Durante este semestre he tenido diferentes desafíos,  pero ninguno se compara con los retos que PS representa. Siento que comienzo a pensar más de lo que debería, que me interesan cosas que desconocía y me preocupa, pues con cada trabajo y taller que presento me doy cuenta de que aún me faltan muchas cosas por aprender. Antes de ver pensamiento, los juegos me divertían y me relajaban, pero nunca llegue a pensar que me podrían ayudar en la comprensión de un curso, de hecho, antes de pensamiento pensaba muchas cosas, pero a medida que el curso avanza, mi modelo mental cambia y eso me molesta, pues las cosas ya son tan fáciles como eran antes, cuando solo consideraba un punto de vista, el mío. A continuación describiré mi proceso de desarrollo, o al menos lo que he percibido, pues siento que he aprendido más de lo que creo.

Antes de iniciar este semestre, tenía un concepto de la ingeniería que me entusiasmaba para seguir adelante con mi carrera, pero que no me convencía del todo. La ingeniería para mí era un campo robusto y rígido, (como mi papa que por cierto es ingeniero) y ese concepto me aburría un poco, pues llegue a pensar que eso era todo lo que esta gran disciplina tenía para ofrecerme. Si lo pienso ahora, el concepto que tenía era muy vago, pero mi decisión de “lanzarme de cara” a esta carrera fue acertada, pues las cosas que he observado y he aprendido me han gustado. Al empezar el semestre, habían varios aspectos que debía arreglar y otros que no conocía, mis expectativas acerca de la carrera estaban abiertas e incluso ahora, espero que las cosas que vengan en  semestres futuros me ilustren mejor.

Procesos y procedimientos, la primera materia que de verdad sentí que me mostró cómo es ser un ingeniero me encantó. Durante el curso conocí diversas herramientas industriales, visité empresas e interactué con un campo importante de mi carrera que no conocía, pero lo más importante para mí de toda esta experiencia fue que conocí muchas falencias propias, en particular, el trabajo en equipo. Esta materia me mostró lo que es la desesperación, pues trabajar con mis compañeros fue una tarea sumamente compleja, algunos peculiares personajes del grupo nunca quisieron trabajar, y con los que si querían tuve problemas por mi terquedad, peleábamos como niños pequeños. Al final del curso logramos resolver nuestras diferencias y le dimos una buena resolución. Esta experiencia de trabajo en equipo me impactó, pues descubrí un campo en el que no era muy fuerte, debía mejorar.

El curso al principio parecía difícil, y mientras fui avanzando en él, me di cuenta que verdaderamente lo era. Como mencionaba antes, es un curso extraño, no se parece a ninguna materia que haya visto antes. En algunas asignaturas como Cálculo existen una serie de prerrequisitos explícitos. Para resolver una derivada, debo saber multiplicar, sumar y dividir, para resolver una ecuación diferencial, debo saber lo anterior más derivar e integrar, para pensamiento, no existe un requerimiento explícito como tal, pero en mi opinión, el prerrequisito de pensamiento sistémico es tener una mente abierta a nuevas ideas, y este prerrequisito, como saber sumar es muy importante, no solo para un curso.

Durante pensamiento me encontré nuevamente con un viejo enemigo, el trabajo en equipo. Al iniciar el curso me asusté, pues pensé que iba a pasar por lo mismo que pasé en procesos, un grupo dividido en donde solo unos pocos trabajamos y los otros nunca aparecían, pero fue diferente  (al parecer mis nuevos compañeros tuvieron experiencias similares en procesos) y hasta ahora todo ha marchado sobre ruedas, no hemos tenido problemas y hemos trabajado muy bien. El modelo de la clase es muy extraño. Los videos, los blogs y los videojuegos son cosas que para mí eran en cierta medida ajenas al estudio (los videojuegos más que todo) y después de pasar por lo que he pasado me he dado cuenta de que el aprendizaje no es lo que yo creía, que el trabajo en equipo no es como yo creía y que la ingeniería no es como yo creía.

El concepto de ingeniería que tenía ha cambiado por completo. Para mí, la ingeniería ahora no es rígida, sino todo lo contrario, es flexible. Como ingeniero  espero tener una visión más elástica de los problemas, no verlos solo desde mis ojos, sino desde múltiples perspectivas. Con pensamiento he despertado un nuevo interés hacia mi carrera, cosa que antes no conseguía, pues para mi era una tarea dura y tediosa que siempre dejaba para después y terminaba sin hacer nada. Pensamiento también es una materia que me ha obligado a trabajar, a leer y a generar nuevas habilidades para darle solución a algunos trabajos (habilidades como el trabajo en equipo). Esta materia me ha sacado de mi zona cómoda, pues he tenido que hacer nuevas cosas como grabarme, crear un blog, leer sobre la gerencia de operaciones y otras cosas que, de no haberlas hecho ahora probablemente me faltaría mucho tiempo para conocerlas como lo hago ahora.

 En pensamiento he aprendido nuevas herramientas, entre ellas quiero resaltar a  los  infográficos, los arquetipos, el zooming y las cavernas de las ideas. Las tres primeras herramientas que mencioné las utilizaré mucho para resolver problemas prácticos que se me presenten, para recrear situaciones de la vida real y entender mejor su complejidad. Gracias a esas todas esas herramientas que mencioné antes siento que ahora, las relaciones que, a simple vista no parecen evidentes son muy importantes y de ahora en adelante, las tendré presentes. Esta no será una tarea fácil, pero ya he comenzado a aplicar algunas herramientas como los arquetipos en aspectos de mi vida ajenos a esta materia, como la guitarra. La última herramienta que nombré, la caverna de las ideas, me dio una perspectiva diferente de las cosas. A esta herramienta la mencioné de última porque me parece que fue la que cambió mi forma de ver las cosas en una mayor medida, esta idea de la caverna me dio una nueva perspectiva de las cosas y (aunque parezca irónico)  me motivó a pensar diferente.

El juego de Rise al principio me pareció raro y aburrido, no lograba hacer gran cosa y no entendía ningún principio estratégico para jugar. Durante las tutorías comencé a entender un poco más acerca de los edificios, las unidades y las maravillas y me fui interesando más, pero aún no lograba entender bien la jugabilidad ni cómo o por qué los jugadores experimentados hacían ciertas cosas. El tiempo comenzó a avanzar y mi experiencia creció con el, ya le daba nivel a mis compañeros, pero seguía sin entender muchas acciones que yo mismo realizaba, actuaba casi por inercia y todas las jugadas que realizaba eran automáticas, copiaba lo que hacían los mejores jugadores y eso era todo. La cosa fue cambiando y me empecé a interesar más por el por qué de las acciones hasta que finalmente, con ayuda del profesor Andrés Calderón logré entender el juego. Mi desarrollo en este punto creció exponencialmente, pues ya era capaz de hacer cosas por mi mismo, pero aún no lograba ver claramente la relación entre la materia y el videojuego.

No sería sino hasta hace pocas semanas, por medio de una tarea que Andrés López dejó acerca de los arquetipos y a los talleres que Andrés Calderón comenzó a realizar que comprendería la relación del curso con el juego, ¡había estado utilizando las herramientas sistémicas todo este tiempo y sin darme cuenta! No necesitaba más que plasmar mi primer arquetipo sobre el juego para ver con claridad cómo es que estaba jugando, todas las acciones que realizaba tenían un propósito específico y seguían una serie de patrones, incluso comencé a ver la diferencia existente entre mi forma de jugar y la de otros con mayor claridad, por fin sabía lo que estaba haciendo y podía dar razón de ello sin problema. Cuando me di cuenta de lo que sucedía quede impresionado, pues tuve una nueva perspectiva de las herramientas sistémicas que he aprendido hasta ahora, una visión real. Es muy probable que no veamos las relaciones existentes o los ciclos tan fácilmente, pintados en un tablero como lo hace el profesor en la clase, sino que es necesario darle unas cuantas vueltas al asunto e involucrarse realmente para descubrir lo que esta pasando y poder verlo con claridad para luego plasmarlo y verlo como lo haría un ingeniero, desde arriba.

Durante la clase, claramente he experimentado nuevas cosas, mi concepto de la ingeniería ha dado un giro completo, he tenido nuevos desafíos y nuevas experiencias y me ha gustado a pesar del duro trabajo que han significado estos últimos 3 meses. Es un poco molesto mirar atrás y ver las cosas que he dejado, pues me recuerdan un pasado más cómodo, pero a la vez es bueno saber que logré salir de ahí y tuve nuevas experiencias. Me entristece un poco saber que pronto el curso concluirá, pues siento que me faltan muchas cosas por conocer y a pesar de que he aprendido mucho y que ahora veo las cosas desde una nueva perspectiva me resulta inevitable sentir frustración, pues no puedo cambiar mi modo de actuar tan rápido como quisiera.

Es un gran curso el que ya voy dejando atrás, me deja nuevos retos y nuevas expectativas acerca de mi carrera. Seguramente nuevas problemáticas vendrán, pero me alegra saber que ahora tengo a los arquetipos, los infográficos y el zooming de mi lado, que el trabajo en equipo ya no es un enemigo y finalmente me alegra saber que puedo esperar más, que puedo soñar y hacer esos sueños realidad. Espero que lo que esta por venir sea igual o mejor a lo que experimenté en el curso, en verdad me siento mal por algunos compañeros que consideran esta materia como de relleno, pero que se le va a hacer, cada uno experimenta las cosas desde su punto de vista.  Finalmente, puedo concluir que el curso no es algo pasajero, todos los días estoy inmerso en diferentes ciclos que interactúan entre sí constantemente, por eso mismo es importante conocer esas relaciones y utilizarlas para sacarles el mayor provecho de ser el caso y encontrar soluciones a problemas de manera continua, profunda y creativa.

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